La falta de ejercicio es uno de los mayores riesgos de enfermedad coronaria porque es uno de los más comunes.
Esta afirmación puede entenderse mejor si se analizan las actividades diarias en la sociedad moderna y occidental. Piense en los sistemas de transporte masivo o el uso del carro, las diferentes actividades de ocio, la tecnología e incluso el desarrollo urbanistico de las ciudades en edificios y las dinámicas de trabajo en las oficinas, con personas sentadas todo un día frente a su computador. Todo ha reducido la actividad física del ser humano
Es mucho más cómodo andar en carro que ir caminando o en bicicleta al trabajo. Sin embargo, el sedentarismo no es un problema menor. Está ligado directamente con las enfermedades coronarias y hasta se ha establecido una relación directa con la mortalidad cardiovascular.
A lo anterior se suma que en las personas con poca actividad física son más comunes los problemas de sobrepeso, colesterol e hipertensión.
La buena noticia es que el sedentarismo es un factor de riesgo modificable. Es decir que depende de usted adoptar una rutina de ejercicios y seguirla regular mente para reducir así los riesgos de enfermedad coronaria.
¿Par qué hacer ejercicio?
Todos damos por hecho que el ejercicio es saludable pero no hay un entendimiento de las razones.
Está demostrado, por ejemplo, que la actividad aeróbica, también llamado ejercicio cardiovascular, permite un uso del oxígeno más eficiente, y controla los niveles de tensión arterial y de colesterol porque estimula el corazón у la circulación.
Como todo músculo, el corazón se fortalece con el ejercicio y al hacerlo mejora su capacidad de bombear sangre al resto del cuerpo. Incluso puede llevar más oxígeno a los órganos y transportar fuera de ellos los desechos pues los vasos sanguíneos, llamados capilares, se ensanchan.
Esta explicación permite entender por qué ayuda a prevenir la enfermedad coronaria, que es precisamente la incapacidad del corazón de hacer su trabajo a cabalidad por el taponamiento de alguna de las arterias con una placa de grasa que, al romperse, forma un coágulo de sangre, que a su vez desencadena en un infarto de miocardio.
Recuerde: el riesgo de que esto ocurra puede ser dos veces mayor que en las personas que hacen ejercicio regularmente.
Pero hay más beneficios del ejercicio. Ayuda también a mantener un peso adecuado que además permite elevar el colesterol HDL, reducir el LDL y los niveles de triglicéridos, los cuales aumentan cuando hay grasa visceral que libera constantemente más moléculas inflamatorias.
Incluso, puede ayudarlo a controlar el estrés y a dejar de fumar.
El ejercicio, además, ha demostrado ser igual o más efectivo que los tratamientos con medicamentos
Puede ir al gimnasio, caminar o bailar, todo ayuda, pero debe ir a su propio ritmo; si siente dolor deténgase, descanse, y cuando reinicie la actividad hágalo a un ritmo más lento.
Por definición, el ejercicio cardiovascular o aeróbico es toda actividad física que aumente la frecuencia cardiaca y que involucre en movimientos a los músculos grandes del cuerpo, como son caminar, trotar, nadar, montar en bicicleta, jugar tenis y hasta la jardinería.
La primera recomendación es no extralimitarse. Si nunca hace ejercicio empiece con actividades cortas. Unos 20 minutos al día durante los cinco días de la semana son suficientes para empezar.
Depende, claramente, de la condición física de cada persona. Para eso, es decir para medir su propia capacidad, hay varios métodos.
Uno de ellos es la prueba de esfuerzo, que implica caminar o correr durante aproximadamente 40 minutos en una bicicleta estática o en un tapiz rodante mientras profesionales calificados miden los efectos en el corazón y presión sanguínea.
También está la Escala Percepción de Esfuerzo de Börg, la cual está basada en las sensaciones que experimenta en su cuerpo cuando hace ejercicio físico.
Saber qué tan duro está trabajando su cuerpo puede ayudar a reducir, mantener o aumentar la actividad física evitando cualquier riesgo. No olvide siempre consultar con su médico y más aún si sufre de alguna enfermedad cardiovascular o tiene antecedentes familiares.