Los productos lácteos y sus derivados

La leche es rica en grasas saturadas, está presente en la leche entera, la nata, la mantequilla y la margarina. Es preferible sustituirla por lácteos semidesnatados o desnatados enriquecidos con vitaminas liposolubles. Los quesos, especialmente los que han sido curados como el gouda, el emmental, el parmesano y el brie tienden a subir más los niveles de colesterol por su alto contenido de grasas saturadas. Prefiera quesos light o descremados en pocas cantidades.

Las carnes rojas

La ternera, el buey, el cordero, son ricas en colesterol y grasas saturadas. Es indispensable elegir carnes con cortes magros, eliminar toda la grasa visible posible y cocinar al horno, o al vapor para evitar añadir aceites en las preparaciones. Su consumo ideal debería ser no mayor a uno por semana.

Los embutidos

Las salchichas, salchichón, jamones, etc, además de tener exceso de sal, tienen elevadas proporciones de grasas saturadas y colesterol. Su consumo incrementa el riesgo de desarrollar enfermedades coronarias, es decir, evítelos al máximo.

Las grasas saturadas

El consumo de grasas saturadas incrementa los niveles de colesterol malo y aumenta el riesgo de sufrir enfermedades y problemas cardiovasculares, como ateroesclerosis, accidentes cerebrovasculares o ataques cardíacos.

Los alimentos que las contienen son las comidas chatarras como hamburguesas, perros calientes; el aceite de coco, el chocolate, la yema de huevo, la leche y sus derivados.

Bebidas azucaradas y alimentos procesados

Las gaseosas y jugos artificiales tienen altas concentraciones de azúcar y grasas saturadas. Cuando hay mucha azúcar en el torrente sanguíneo, el efecto del colesterol malo es más agresivo. Además de predisponer a la diabetes.

Las harinas refinadas y los productos ultraprocesados tienen un sabor adictivo que hacen comerlos con compulsividad y también favorecen el aumento del colesterol.

Los mariscos

Los camarones, langostinos y las gambas tienen elevados niveles de colesterol. Sin embargo, su consumo moderado no tiene motivos para ser perjudicial a nivel cardiovascular. Esto se debe a que también son ricos en ácidos grasos omega 3 con función cardioprotectora.

Los huevos

La yema contiene un alto porcentaje de colesterol. La clara está exenta y posee propiedades nutricionales. Por esta razón, es aconsejable que las personas que presenten niveles altos de colesterol disminuyan su consumo una vez a la semana.