Es un procedimiento en el que se utiliza un tinte especial (material de contraste) y rayos X para observar la forma en que fluye la sangre a través de las arterias en el corazón.

Este examen consiste en tomar una radiografía de las arterias coronarias. Para esto, se le inyecta al paciente in líquido de contraste en las arterias coronarias para que se puedan ver en una radiografía.

Esto le permite al médico observar qué tan tapadas están las arterias, así como qué tan efectivamente está latiendo su corazón y cuál es la presión sanguínea dentro del órgano.

El examen puede durar 30 minutos y le recomendarán no consumir ningún alimento durante unas horas antes del procedimiento. Para inyectar el líquido de contraste se introduce un tubo fino llamado catéter hasta el corazón por una arteria de la ingle, la muñeca o el codo. Durante el procedimiento, puede que el médico le ordene aguantar la respiración durante 5 o 10 segundos. Guiado por rayos X, se inyecta el líquido, momento en el cual el paciente puede sentir una sensación momentánea de calor.

Para esto se utiliza anestesia local, así que no sentirá cómo llega el catéter hasta el corazón. No debe sentir nada más, pero si se siente mal no dude en informarle al personal médico.

La angiografía es un método seguro y común. Cualquier complicación severa, como un infarto o un derrame, es rara. Ocurre menos de una por cada mil pruebas. Otras complicaciones son la alergia al líquido de contraste y que se dañe la arteria por la cual se introduce el catéter.

Este procedimiento dura unos 40 minutos pero el paciente debe estar acostado durante 3 o 4 horas para reducir el riesgo de una hemorragia. No es común quedarse en el hospital pero algunas pacientes lo hacen. Es probable que una vez salga del hospital y con el pasar de los días aparezcan algunos hematomas y que la zona de prueba esté más sensible.