Las personas tienen niveles de azúcar en sangre, que se consideran normales cuando están entre 70 y 110 mg/dL (en ayunas).
La diabetes es una enfermedad crónica muy frecuente en Colombia y el mundo. Es una enfermedad metabólica, es decir, tiene que ver con la transformación de los alimentos en energía para las actividades diarias que debemos desempeñar.
En la diabetes, por múltiples explicaciones del funcionamiento del cuerpo, la persona empieza a presentar altos niveles de glucosa (azúcar) en la sangre. Todos los humanos tenemos niveles de azúcar en sangre, que se consideran normales cuando están entre 70 y 110 mg/dL (en ayunas).
¿Cuáles son los diferentes tipos de Diabetes?
Los diabéticos muy jóvenes o niños (tipo 1) tienen niveles de glucosa muy altos en la sangre debido a que el páncreas no está funcionando adecuadamente y deja de producir la insulina que es la hormona encargada de mantener controlados los niveles de azúcar del cuerpo.
Los diabéticos que se diagnostican en la edad adulta (tipo 2) usualmente acumulan azúcar en sangre porque no utilizan de manera adecuada la insulina que produce el páncreas. Esta es la más frecuente, el 90-95% de todos los casos. Usualmente se diagnostica por encima de los 30-40 años.
Y la diabetes gestacional afecta a algunas mujeres durante su periodo de embarazo y en la mayoría de las veces, este tipo de diabetes desaparece después de que nace el bebé. Sin embargo, cuando una mujer ha tenido diabetes gestacional, tiene más probabilidad de sufrir de diabetes tipo 2 más adelante en la vida.
¿Cuáles son los principales síntomas?
Entre esos síntomas el paciente puede referir que orina muchas veces durante el día, que la sensación de sed ha aumentado, que necesita estar tomando muchos más líquidos de lo que frecuentemente consumía, que el cansancio ha aumentado e incluso que pierde peso rápidamente a pesar de estar comiendo normal o más que antes.
¿Por qué se desarrolla?
Los principales factores que favorecen la aparición de la diabetes en las personas adultas son la mala alimentación, los estilos de vida no saludables, el sobrepeso u obesidad, no hacer suficiente ejercicio físico durante la semana, favorecen el desarrollo de resistencia a la insulina y posteriormente la diabetes.
Así se diagnóstica
La manera de diagnosticar la diabetes es mediante el examen de glucosa en sangre. Cuando el nivel de glucosa en sangre supera el valor de 126 mg/dl comprobado en dos muestras diferentes o cuando la persona tiene más de 200 mg/dL en cualquier muestra tomada durante el día. La hemoglobina glicosilada mayor a 6.5% permite también diagnosticar diabetes.
Estos alimentos son los que debo evitar
Grasa animal, azúcar blanca o morena (industrial), consumo alto de harinas, fritos, comidas rápidas, bebidas azucaradas en todas sus presentaciones, bebidas carbonatadas a pesar de que digan light o Zero; todo lo anterior pone en riesgo a la persona de sufrir de diabetes.
¿Cuál es el tratamiento ideal?
El tratamiento tiene 3 pilares fundamentales: La dieta, el ejercicio y la medicación. Los tres juntos son efectivos para controlar la diabetes. Si no se realizan los tres a tiempo nunca se podrá obtener resultados favorables.
La dieta debe ser equilibrada y sana, compartida por toda la familia y guiada preferiblemente por un especialista en nutrición y dietética que las EPS ponen a su servicio. La persona debe tener como objetivo reducir de peso basado en ejercicio físico de intensidad moderada al menos 4 veces a la semana, por espacio de al menos 45 min de la actividad física que escoja.
Se debe tomar la decisión personal e idealmente familiar de no consumir azúcares industriales ni bebidas azucaradas. El tratamiento tanto no farmacológico como de medicamentos debe ser guiado idealmente por un médico internista o endocrinólogo. Además de tratar la diabetes el especialista debe dar manejo a las otras enfermedades que la acompañan: mantener normal la tensión arterial, manejo del colesterol o triglicéridos, incentivar el abandono definitivo del cigarrillo.
¡No lo olvide!
Si usted tiene diabetes, debe controlar el azúcar en la sangre, la presión sanguínea y los niveles de colesterol. Además, llevar una dieta balanceada y hacer ejercicio.