Fuente: El Tiempo.
Tradicionalmente, durante la Semana Santa se reemplaza el consumo de carnes rojas por pescado, un alimento fuente de proteínas, ácidos grasos (omega-3), además de ser rico en vitaminas B12, B6 y minerales como el selenio, el magnesio y calcio.
De hecho, el consumo regular del omega-3 es avalado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) al decir que recomienda su ingesta en cantidades que oscilan entre 2 y 3 veces a la semana, ya que el cuerpo humano no produce estos ácidos grasos.
De este modo, la misma autoridad sanitaria destaca que este alimento es esencial para gozar de una buena salud. Es así como expertos en nutrición estiman que quienes consumen tres porciones de pescado por semana presentan menor riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares que quienes no consumen pescado, al menos en un porcentaje que alcanzaría casi el treinta por ciento.
Cabe mencionar que, de acuerdo con información de la OMS, los infartos son la primera causa de muerte en el mundo. Al menos 20 millones de personas mueren anualmente por esta patología, que es prevenible con hábitos saludables relacionados con una dieta adecuada y ejercicio regular.
Desde la Liga Colombiana contra el Infarto y la Hipertensión señalan que el consumo de salmón y otros pescados es aconsejable principalmente para pacientes con problemas de corazón, así como para mujeres embarazadas, en periodo de lactancia y durante la infancia debido a su contenido en grasas poliinsaturadas, pero es recomendable para la población en general.
Deberíamos transformar la costumbre de consumir pescado en Semana Santa en un hábito de todas las semanas del año
Al respecto, su presidente, el doctor Luis Moya, afirma que el omega-3 no solo es beneficioso para el corazón por sus propiedades antiinflamatorias –recordando que la mayoría de afecciones del corazón se deben a estados inflamatorios–, sin dejar de lado sus propiedades vasodilatadoras y sus efectos antitrombóticos, sino que a la lista se suman ventajas como el fortalecimiento de los músculos, que ayuda a prevenir el endurecimiento de las arterias, reduce el colesterol malo y eleva el nivel del colesterol bueno (HDL), entre muchos otros.
Asimismo, es importante hacer énfasis en que el valor nutritivo del pescado se encuentra fundamentalmente en su carne, la cual aporta proteínas de alta calidad, vitaminas y grasas buenas.
Sin embargo, también se debe tener en cuenta que la piel de este no aporta nutrientes y por el contrario puede contener contaminantes nocivos para la salud, por lo que es mejor no consumirla. A modo de ejemplo, el salmón es un alimento rico en vitamina D y vitamina B6, y la cantidad de vitamina B6 que tiene es de 0,73 mg por cada cien gramos, mientras que se destaca por ser uno de los alimentos con más vitamina B3, con un porcentaje de 13,17 mg por cada cien gramos.
Las dietas
La dieta Dash es un régimen alimenticio adecuado para las personas que padecen de hipertensión arterial o prehipertensión, debido a que tiende a disminuirla sin necesidad de medicamentos. Fue desarrollada por el US National Institutes of Health y en ella se incluyen cereales, especialmente los que son integrales, el pescado (mínimo dos veces a la semana), pocas carnes rojas, nueces, frutas y legumbres, todos ellos alimentos que deben prepararse con un bajo contenido de sal.
“Yo la aconsejaría no solo para personas hipertensas, sino para todos los adultos. Deberíamos transformar la costumbre de consumir pescado en Semana Santa en un hábito de todas las semanas del año y tener en cuenta los riesgos que representan el consumo excesivo de las carnes rojas”, manifiesta el presidente de la Liga Colombiana contra el Infarto y la Hipertensión.
Por otra parte, la dieta estilo mediterráneo tiene menos carnes y carbohidratos que una dieta típica, en cambio se incluyen vegetales y grasas monosaturadas (buenas). Tampoco se incluyen lácteos como mantequilla ni azúcares. A esta dieta le agregan ocasionalmente una copa de vino tinto, lo cual ha demostrado ser beneficioso para el organismo.
“Los adultos no hacen caso hasta que se infartan, llegan con un derrame cerebral o con insuficiencia renal o que se han descuidado 40 o 50 años. Hay que cuidarse desde tempranas edades, conocer qué grasas, qué azúcar son las que no se deben consumir. La cura de todas estas enfermedades empieza por el tenedor, por el mercado. Casi todas son prevenibles con la dieta y con hábitos saludables como el ejercicio”, advierte Moya, quien agrega que es necesario que cada persona conozca cuáles son los valores de su tensión arterial, nivel de azúcar en sangre (glicemia), colesterol, entre otros, y si tiene factores de riesgo, mayor razón para acudir a consulta con un especialista con regularidad.
Las recomendaciones
Finalmente, desde el Ministerio de Salud emitieron ciertas recomendaciones para prevenir enfermedades transmitidas por alimentos en Semana Santa, especialmente sobre la compra de pescado.
Así, Gerson Bermont, director de Promoción y Prevención de la cartera de Salud, advirtió que “las medidas básicas de salud pública deben tenerse en cuenta a la hora de determinar la calidad y frescura del pescado y deben adquirirse en lugares que mantengan las medidas sanitarias establecidas para su conservación”.
En efecto, en el proceso de compra se debe tener en cuenta la apariencia, olor, color y textura habitual, evitar comprar estos alimentos en la calle o que presenten escarchas de hielo en su superficie, y a la hora de comprar enlatados fijarse que el empaque no presente hendiduras, abombamientos ni óxido.
Además, entre los consejos se encuentran utilizar agua potable para lavarlos antes de consumirlos, así como lavarse las manos antes de comenzar a cocinar. A lo anterior se suma consumir los alimentos lo antes posible después de la fecha de compra, evitar comer sobras de días anteriores y tener en cuenta la refrigeración necesaria de cada uno de ellos para conservarlos adecuadamente.