Las enfermedades cardiovasculares se mantienen como la principal causa de muerte a nivel global, cobrando la vida de más de 20 millones de personas al año, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). En Colombia, la situación no es menos preocupante: de acuerdo con el DANE (2022), cerca de 70 mil personas fallecen anualmente por cardiopatía isquémica, lo que equivale a casi seis muertes por hora.
La problemática también es crítica en países como Estados Unidos, donde cada 40 segundos una persona pierde la vida por un infarto, según la Asociación Americana del Corazón. Con el propósito de concienciar sobre esta realidad, cada 29 de septiembre se celebra el Día Mundial del Corazón, una fecha que resalta la necesidad de cuidar nuestro órgano vital.
En este contexto, Luis Moya Jiménez, cardiólogo y presidente de la Liga Colombiana contra el Infarto y la Hipertensión, profundiza sobre la relevancia del Mes del Corazón, la visibilización de estas enfermedades, los desafíos que representan para el sistema de salud y las formas de prevención.
¿Por qué se enferma el corazón?
Por los factores de riesgo como el colesterol, la hipertensión, la diabetes, el sedentarismo, la obesidad, y el estrés son las causas por las cuales se enferma el corazón, produciendo el infarto del miocardio, que es el músculo cardiaco.
¿Por qué se produce el infarto?
Por la obstrucción de las arterias que alimentan este músculo llamadas coronarias. Esa obstrucción en la gran mayoría de casos es por el depósito de grasa que va taponando a través de los años la luz de la arteria hasta que llega a ocluirla.
¿Cuánto tiempo demora en obstruirse una arteria?
Para que esto ocurra pueden pasar 20 o 30 años de silente agresividad. Hay muchos estudios que respaldan que desde la infancia ya hay estrías o pequeños acúmulos de grasa en las arterias de los niños; y otros de jóvenes de 20 a 22 años, como soldados fallecidos en Vietnam, que demostraron que más del 40% tenían ya obstrucciones en las arterias de 40 a 50%.
¿Cuáles son esos factores de riesgo?
El paciente se debe responsabilizar desde tempranas edades en conocer sus niveles de colesterol, de azúcar, su presión arterial, su acondicionamiento vascular, su peso, su manejo de estrés. Estos factores se pueden controlar y prevenir.
¿También influyen los malos hábitos como la alimentación?
Claro, los mismos hábitos de vida de nuestros tiempos modernos. Hoy nos olvidamos de las frutas y vegetales y nos acostumbramos a los colores artificiales de los paquetes y alimentos procesados que encontramos en los supermercados. Esta es la actual pandemia mundial, ya no comemos bien, no dormimos bien y nos estresamos más, no hacemos ejercicio, pero si intoxicamos nuestras arterias con todos estos atractivos productos que nos predisponen fácilmente a estas enfermedades.
¿Cuáles son los síntomas del infarto?
Recordemos que dura muchos años la formación del ateroma o acumulo de grasa no presenta síntomas y que el primer síntoma puede ser la muerte súbita sin importar edades, ya no es raro ver personas de 30 años infartadas.
Pero cuando se manifiesta los síntomas puede ser dolor intenso en el pecho, en la zona precordial, sensación de malestar general, mareo, náuseas y sudoración. El dolor puede extenderse al brazo izquierdo, a la mandíbula, al hombro, a la espalda o al cuello.
¿Se puede sobrevivir a un infarto?
Con todos los avances que existen si sobrevivimos en las primeras horas del infarto y podemos acudir a un servicio de urgencias en el 80% 0 90% podemos evitar las complicaciones, ya sea con medicamentos o procedimientos especiales que buscan destapar y normalizar el flujo de sangre.
¿Y cuáles son las secuelas que deja el infarto?
Las secuelas son también graves dependiendo del tamaño del infarto, o necrosis del tejido muscular asociado a qué nivel de la arteria está la oclusión. Puede ser que perdamos el 50% de la función del corazón o más y esto nos lleva a una insuficiencia en el bombeo, en la capacidad de generar fuerza para expulsar la sangre necesaria para alimentar todos los órganos de nuestro cuerpo. Lo que llamamos insuficiencia cardiaca que puede llevarnos a una incapacidad de no poder en un extremo valernos por si mismos porque la fatiga o el edema o el acúmulo de agua en el pulmón no nos deja respirar. Y así todos los otros órganos van a estar afectados porque no reciben el oxígeno suficiente para su normal funcionamiento.
Además de la afectación funcional del individuo que puede quedar incapacitado de por vida con un costo personal, social, y económico incalculable.
Hablemos de los costos que deja un infarto
Si hablamos de los costos de atención nos puede dar un infarto, pueden llegar hasta más de 250 millones de pesos para el sistema de salud.
Al llegar a tiempo al servicio de urgencias se pueden administrar medicamentos para tratar de disolver el coágulo y de ahí pasar a una sala de hemodinamia para hacer procedimientos mecánicos con catéteres y balones especiales para tratar de destapar la arteria y recuperar con los stent el flujo perdido. Muchas veces no se puede lograr, entonces toca pasar a una unidad de cuidado intensivo (UCI) varios días hasta la estabilización hemodinámica. Y si son las 3 arterias o la ruptura del músculo o el compromiso de una válvula, podemos llegar a una cirugía de corazón abierto para una posible revascularización o plastia o arreglo valvular.
¿Cuánto demora esa recuperación?
Pueden transcurrir 10 días o 1 mes en la hospitalización, muchas veces recurriendo a aparatos que hoy en día ayudan al impulso cardiaco. Y sobreviven muchos pacientes gracias a la tecnología existente.
Ahora, y si aplicamos nuestras estadísticas que mueren casi 70 mil personas al año por esta enfermedad, calculemos la cifra global que implica para nuestro sistema de salud.
¿Cuál es el mensaje o el llamado que quiere dejar en este mes del corazón?
El llamado más importante es a la responsabilidad, a la educación del individuo, a que sea consciente de que el corazón es el motor que día y noche trabaja para darle vida a todos los órganos. Y si nosotros no prevenimos las causas para que él se enferme ya sabemos cuáles son las fatales consecuencias. Es más barato prevenir que tener que lamentar.