La falta de ejercicio es uno de los mayores riesgos de la enfermedad coronaria porque es uno de los más comunes. La forma en la que se ha ido organizando las sociedades occidentales ha permitido que se incrementen los niveles de sedentarismo.
Los sistemas de transporte masivo o carro, las diferentes actividades de ocio, y hasta el mismo desarrollo urbanístico de las ciudades en edificios, han hecho que las personas cada vez más se queden en casa o no caminen para transportarse.
El sedentarismo ha sido ligado directamente con las enfermedades coronarias y hasta se ha establecido una relación directa con la mortalidad cardiovascular.