Si bien el azúcar puede consumirse con moderación, hay que tener en cuenta que el exceso, especialmente de azúcares añadidos o refinados, trae consecuencias a mediano y largo plazo. Un consumo que no esté guiado puede aumentar el riesgo de desarrollar obesidad, enfermedades cardíacas, diabetes tipo 2 y caries dentales.
Introducir a los niños al consumo de dulce es un hito en su desarrollo, ya que su sabor puede influir en sus hábitos alimenticios a lo largo de la vida. Por ello, los expertos en nutrición y pediatría recomiendan establecer una relación consciente con el azúcar desde temprana edad, ayudando a que los pequeños comprendan el papel de este en su dieta sin caer en excesos que podrían afectar su salud.
La primera experiencia de los niños con el dulce debe ser un evento cuidadosamente planeado y supervisado, que les permita desarrollar una relación sana y equilibrada con el azúcar. Guiarlos a lo largo de este proceso los ayuda a ser conscientes de sus elecciones alimenticias y a tener una actitud positiva y medida hacia los alimentos dulces.
“Es importante enseñarles a nuestros hijos, desde tempranas edades, la importancia de alimentarnos saludablemente. Reducir la ingesta de azúcares añadidos y optar por frutas, galletas sin dulce, yogurt griego o chocolate oscuro, son excelentes opciones para poder disfrutar de estas fiestas y proteger su salud a largo plazo”, explica el médico Luis Moya Jiménez.
¿A qué edad es recomendable que prueben el dulce?
La Organización Mundial de la Salud y la Academia Americana de Pediatría sugieren esperar hasta que los niños tengan al menos dos años para probar el azúcar añadido. La razón detrás de esta recomendación es que, durante los primeros años de vida, los pequeños están formando sus preferencias alimenticias, y los sabores intensamente dulces pueden generar una mayor atracción hacia los azúcares, afectando su inclinación por otros sabores naturales, como el de las frutas y verduras.
En el portal Nutriendo mi bebé, un especialista en nutrición infantil escribió lo siguiente: “Un bebé que nunca ha probado un yogurt azucarado probablemente lo acepte bien sin que requiera de muchas exposiciones. Lo contrario ocurre con una verdura con la cual se necesitan entre 10 a 15 exposiciones para lograr aceptación, en ocasiones se requiere aún más exposiciones. Y sé que en algún momento va a probar alimentos azucarados, para quienes me conocen hace más tiempo; no busco categorizar los alimentos como buenos o malos, pero quienes sí son responsables de elegir lo que se compra en casa son los adultos”.
El papel del dulce en la experiencia sensorial de los niños
Introducir el dulce de forma controlada y en un ambiente positivo ayuda a los niños a descubrir el placer de este sabor sin que se convierta en un recurso de confort. Los expertos en desarrollo infantil señalan que probar un dulce en compañía de la familia y en un contexto saludable (por ejemplo, una festividad o una ocasión especial) refuerza la idea de que el azúcar es una experiencia compartida y no una solución para el aburrimiento o el estrés.
Consejos para una relación equilibrada con el azúcar
- Inicia con opciones saludables: Introducir sabores dulces de origen natural, como frutas, permite que los niños disfruten de este sabor sin la sobrecarga de azúcares añadidos.
- Evita usar el dulce como recompensa: Esto puede crear una asociación emocional entre el azúcar y el logro o la tristeza, aumentando la probabilidad de que los niños busquen consuelo en alimentos azucarados.
- Fomenta el control de las porciones: En lugar de prohibir el azúcar, permite que los niños disfruten de pequeñas porciones en ocasiones especiales, enseñándoles que el dulce es un placer que se disfruta en momentos específicos.
Los riesgos del azúcar en exceso para niños y adultos, según el doctor Moya Jiménez
Aumento de peso y obesidad
- Calorías Vacías: El azúcar proporciona calorías sin ningún valor nutricional adicional (vitaminas, minerales, fibra). Consumir muchas calorías en forma de azúcares añadidos puede llevar a un exceso de calorías en general, lo que contribuye al aumento de peso.
- Impacto en el apetito: El azúcar puede alterar las señales de saciedad en el cerebro, haciendo que sea más fácil comer en exceso sin sentirse lleno.
Mayor riesgo de diabetes tipo 2
- Consumir azúcar en exceso puede llevar a la resistencia a la insulina, una condición en la que las células del cuerpo no responden adecuadamente a la insulina, la hormona que regula el azúcar en sangre. Esto, puede desarrollar con el tiempo diabetes tipo 2.
- Además, la obesidad, que es uno de los principales factores de riesgo para la diabetes, también está relacionada con el consumo elevado de azúcar.
Problemas cardiovasculares
- El consumo excesivo de azúcar se ha relacionado con un aumento en los factores de riesgo de enfermedades del corazón. Estos incluyen presión arterial alta, inflamación, aumento de los niveles de triglicéridos y acumulación de grasa visceral.
- Los estudios sugieren que las personas que consumen mucho azúcar añadido tienen un mayor riesgo de desarrollar enfermedades cardíacas.
Aumento del riesgo de caries dentales
- Las bacterias en la boca se alimentan del azúcar, produciendo ácidos que erosionan el esmalte dental, lo que puede provocar caries.
Alteración del estado de ánimo y los niveles de energía
- Picos y caídas de energía: El azúcar provoca un aumento rápido de la glucosa en sangre, seguido de una caída rápida, lo que puede llevar a fluctuaciones en los niveles de energía. Estas subidas y bajadas pueden hacer que aparezca el cansancio.
- Dependencia del azúcar: El consumo elevado de azúcar puede generar una sensación de placer en el cerebro (a través de la liberación de dopamina), lo que puede llevar a antojos y ciclos de dependencia.
Envejecimiento prematuro de la piel
- Un alto consumo de azúcar puede acelerar el proceso de envejecimiento de la piel, pérdida del colágeno y la elastina, aparición de arrugas y pérdida de firmeza en la piel.
Inflamación crónica
- El consumo elevado de azúcar puede contribuir a la inflamación crónica, que se asocia con varias enfermedades del corazón, diabetes y ciertos tipos de cáncer.
Impacto en la salud mental
- Algunos estudios sugieren que una dieta alta en azúcar puede estar asociada con un mayor riesgo de depresión y ansiedad. Las fluctuaciones rápidas en los niveles de azúcar en sangre pueden afectar el estado de ánimo, y los niveles elevados de inflamación y estrés oxidativo derivados del consumo de azúcar también pueden jugar un papel en la salud mental.