Fuente: Infobae.
La sal es un producto que puede ser muy amigable para el paladar y potenciar el sabor de otros alimentos, incluso es necesaria, en pequeñas dosis, para el adecuado funcionamiento del organismo. Sin embargo, un experto de la Liga Colombiana Contra el Infarto Y la Hipertensión precisó que un exceso en su consumo puede deteriorar el sistema cardiovascular.
Según el doctor Luis Moya Jiménez y presidente de la Liga Colombiana contra el Infarto y la Hipertensión, el sodio, el cloro y el potasio juegan un papel fundamental en el equilibrio celular y extracelular para el manejo de los líquidos del organismo, llamado homeostasis.
“Cuando se pierde este equilibrio, por ejemplo, con aumento de sodio dado por la ingesta de la sal (cloruro de sodio) hay un desequilibrio con aumento del líquido corporal que implica compromiso con más trabajo de todo el sistema cardiovascular”, explicó Moya Jiménez.
La liga colombiana sumó que el organismo tiene en un continuo movimiento cinco litros de sangre que el corazón bombea permanentemente y el cloruro de sodio hace retener el líquido. Según esto, ya no serán cinco litros, sino seis más lo que debe bombear.
“¿Y cómo? Pues aumentando la presión de expulsión del corazón y eso se llama hipertensión, que deja consecuencias alarmantes en el organismo”, agregó.
El presidente de la liga colombiana expresó que, si eso es muy frecuente, se cronifica y el corazón y las arterias se adaptan, con un aumento de su musculatura, y viene la consecuencia lógica de hipertensión permanente.
“Lo cual trae problemas nefastos no solo en el corazón, sino en todo el sistema vascular, arterias con aterosclerosis, y en otros órganos muy sensibles como el cerebro, el riñón y los ojos, dejando como consecuencia un infarto cardiaco, un derrame cerebral, una insuficiencia renal o una hemorragia ocular”, precisó el doctor.
De acuerdo con la Organización Mundial de Salud, el consumo de sal debe ser menor a cinco gramos al día. La mayoría de las personas consumen de nueve a 12 gramos de sal por día, o sea, dos veces la ingesta máxima recomendada para un adulto sano.
Por otra parte, la Liga Colombiana Contra el Infarto Y la Hipertensión manifestó que si se bajara el consumo a los cinco gramos se podría evitar la muerte de 2.5 millones por año, de los casi 20 millones de pacientes que mueren anualmente por enfermedades cardiovasculares.
A su vez, la liga compartió una lista de productos que pueden sustituir la sal, para contribuir con la disminución de casos de mortalidad anual:
- El laurel.
- Nuez moscada.
- Pimienta.
- Salvia.
- Tomillo.
- Ajo.
- Cebolla.
- Orégano.
- Romero.
- Curry en polvo.
- Eneldo.
- Mostaza.
- Zumo de limón.
- Zomo de pimienta.
“También vale la pena recordar que, si quita el salero de su mesa, no tendrá la tentación de agregarle más sal a sus comidas”, añadió la Liga Colombiana Contra el Infarto y la Hipertensión.
La fundación determinó que en ocasiones las personas caen en la ignoraría de la composición de los alimentos, y si saberlo adquieren productos en supermercados que están repletos de sal. A partir de esto, señaló que los víveres con más concentración de sal son:
- Los caldos en cubos.
- Las sopas instantáneas.
- La tocineta.
- Las pizzas congeladas.
- Los precocidos (deditos de queso, empanadas).
- El queso azul.
- La salsa de tomate.
- El jamón serrano.
- Las aceitunas.
- El queso manchego.
- Las papas fritas de paquete.
- Los embutidos.
A su vez, la fundación explicó que el sodio se encuentra escondido en estado natural en diversos alimentos tales como: la leche, la carne y los crustáceos, “pero en grandes cantidades en los alimentos elaborados como lo dijimos anteriormente”, fijó la liga colombiana.
El presidente de la fundación agregó que la baja ingesta de sal es la base del tratamiento de la gran mayoría de las enfermedades cardiacas “con suficiente evidencia replicada en estudios científicos, luego en la dieta y más si usted tiene alguna patología cardiaca”.
Para lograr el riesgo de afectación, la liga Colombiana Contra el Infarto y la Hipertensión sugirió cocinar con poca sal, reemplazar por otros ingredientes, evitar alimentos procesados, leer las etiquetas para detallar el nivel de sodio y retirar el salero de la mesa.