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Fuente: Revista Cromos.

La presión arterial es la fuerza que ejerce la sangre contra las paredes de las arterias, por ello lo ideal es tenerla en 120/80 mm HG. Cuando los niveles de presión arterial están por debajo de 90/60 mm Hg, hablamos de hipotensión. Ojo con los síntomas.
Hipotensión
Fotografía por: pixabay

Esta baja de presión puede ser por diversas razones, y en la mayoría de los casos no es motivo de preocupación, sin embargo, puede ser indicador de un problema de salud.

Para el doctor Luis Moya Jiménez, presidente de la Liga Colombiana contra el Infarto y la Hipertensión, “la hipotensión puede causar mareos, desmayo, fatiga, náusea, vómito, somnolencia, visión borrosa, debilidad, desmayo y puede, incluso, en ocasiones bajar tanto la presión que no nos llegue sangre al corazón, al cerebro y ser delicado”

Moya recomienda subir los pies más arriba de la cabecera para que la sangre llegue rápidamente al cerebro y al corazón, de esta manera se normaliza la presión. Hay que tomar una bebida caliente y comunicarle al médico porqué pasó esto.

Algunas de las causas de la tensión baja están relacionadas con el embarazo, con problemas cardíacas, con la deshidratación o alguna infección grave en el cuerpo, lo que puede ocasionar una baja de la tensión arterial. También el consumo de medicamentos como diuréticos y antidepresivos puede llegar a influir.

Visita al médico si presentas algunos síntomas
Visita al médico si presentas algunos síntomas
Fotografía por: pixabay

Sigue estos consejos para controlar la hipotensión:

  • Bebe la cantidad de agua necesaria: Ingerir al menos dos litros diarios ayudará a la tensión a mantenerse en valores normales, especialmente si hace calor o prácticas ejercicio.

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  • Reduce el consumo de alcohol: Además de deshidratarse, esta bebida afecta el ritmo cardíaco y baja la tensión.
  • Toma cafeína, pero con precaución: Desayunar café o té bajo recomendación médica podría ser beneficioso, pero debes evitarlas durante el día, ya que tu organismo se acostumbrará a la cafeína y lo volverá menos sensible.
  • Toma alimentos con sal: Tu médico te puede indicar que incremente algo la ingesta de sal en la dieta, por ejemplo. Puedes consumir embutidos bajos en grasa como el pavo, quesos curados o alimentos en conserva como las aceitunas o los pepinillos.
  • Modera los carbohidratos: Tu dieta debe ser equilibrada y rica en frutas y verduras, pero también baja en carbohidratos. Por ello, evita el consumo de alimentos como el arroz, la pasta y el pan. Si eres diabético, es importante que antes de cualquier ajuste sea tu médico el que evalúe la nueva dieta.
  • Evita los periodos en ayunas: Realiza cinco comidas al día y come en porciones pequeñas. De esta manera, evitarás que tu tensión arterial descienda de manera brusca tras las comidas.
  • Evita los posibles desencadenantes: Por ejemplo, las duchas calientes, los lugares calurosos o húmedos, permanecer demasiado tiempo de pie o incorporarse bruscamente tras haber estado sentado o acostado.
  • Levántate lentamente: En la cama, por ejemplo, es útil primero sentarse con los pies colgando por fuera y esperar un minuto, moviendo suavemente las piernas, antes de incorporarse definitivamente.
  • Si notas síntomas de hipotensión, acuéstate y pon las piernas en alto: Mantenerse en esta posición durante algunos minutos estimulará el flujo de sangre y permitirá que el oxígeno llegue mejor a tu cuerpo, especialmente, al cerebro y al corazón. En caso de permanecer mucho tiempo de pie, procura mover las piernas de vez en cuando o haz contracciones de los músculos de estas, aunque estés inmóvil.
  • Practica ejercicio de manera regular: De treinta a sesenta minutos de actividad física al día te ayudarán a elevar el ritmo cardíaco, al igual que realizar ejercicios de resistencia dos o tres días a la semana.